La Conciencia
Artes Curativas para regresar a la Esencia
Observo a diario como muchas personas se identifican a tal punto con su cuerpo y las circunstancias de su historia que dejan de creer en la posibilidad de superar los conflictos momentáneos, dejando de comprender que esos mismos conflictos los crea cada uno con los pensamientos negativos, el miedo y la dependencia de un sistema creado para convertir al ser humano en simple consumista de intereses ajenos. No hay peor esclavitud que la autoimpuesta por la queja.
Consumimos enfermedades, porque alguien nos hace creer que necesitamos medicamentos. Consumimos disfraces en vez de vestimenta, porque nos hacen creer que somos lo que pagamos en trapos con nombres que deberían simbolizar poder. Comemos y bebemos preparados artificiales en vez de apreciar y agradecer lo que pudiésemos cultivar en macetas y en el mejor de los casos en nuestro propio jardín.
Si tenemos hijos hipotecamos nuestras vidas porque deben ir a las mejores escuelas y universidades, que lejos de ser mejores son las más caras y prestigiosas.
Y así dejamos que pase la vida y nos convertimos en títeres que olvidan que tenían movimiento propio.
Lo maravilloso es que la semilla original de la Conciencia nunca muere y basta un llamado interior para que despiertes y patees esta perversa forma de cárcel autoimpuesta. Prisiones con puertas sin llave te detuvieron por demasiado tiempo.
Ahora es el momento de salir de atrás de las rejas y volver a la libertad, de elegir lo simple y confiar en tu propia intuición y tan solo mirar hacia adelante.
Ningún papel puede comprar tu paz interior, ninguna enfermedad puede callar tu verdad, ninguna ropa puede darte identidad.
Solo el Amor puede volver a unir cada pedazo que dejaste en tu historia y devolverte tu forma original, conectarte con tu alegría y la certeza de conocer el camino que te permite permanecer en la Libertad.
Llegó el tiempo para liberarte de la queja, del miedo y del sufrimiento.
Llegó el tiempo para volver a ser sencillos, quemar las viejas naves que encallaron y seguir de a pie hacia el horizonte de la vida. Allí es donde el sol vuelve a salir todos los días y la vida es próspera. Ninguna tormenta puede asustarte una vez que recuperaste la confianza en tu propia esencia.
En ese preciso momento es cuando naces a tu nueva vida...
Namasté.
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http://facebook.com/klodine.nellessen
http://lasvryas.blogspot.com.ar/
011 15-6738-5547
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Consumimos enfermedades, porque alguien nos hace creer que necesitamos medicamentos. Consumimos disfraces en vez de vestimenta, porque nos hacen creer que somos lo que pagamos en trapos con nombres que deberían simbolizar poder. Comemos y bebemos preparados artificiales en vez de apreciar y agradecer lo que pudiésemos cultivar en macetas y en el mejor de los casos en nuestro propio jardín.
Si tenemos hijos hipotecamos nuestras vidas porque deben ir a las mejores escuelas y universidades, que lejos de ser mejores son las más caras y prestigiosas.
Y así dejamos que pase la vida y nos convertimos en títeres que olvidan que tenían movimiento propio.
Lo maravilloso es que la semilla original de la Conciencia nunca muere y basta un llamado interior para que despiertes y patees esta perversa forma de cárcel autoimpuesta. Prisiones con puertas sin llave te detuvieron por demasiado tiempo.
Ahora es el momento de salir de atrás de las rejas y volver a la libertad, de elegir lo simple y confiar en tu propia intuición y tan solo mirar hacia adelante.
Ningún papel puede comprar tu paz interior, ninguna enfermedad puede callar tu verdad, ninguna ropa puede darte identidad.
Solo el Amor puede volver a unir cada pedazo que dejaste en tu historia y devolverte tu forma original, conectarte con tu alegría y la certeza de conocer el camino que te permite permanecer en la Libertad.
Llegó el tiempo para liberarte de la queja, del miedo y del sufrimiento.
Llegó el tiempo para volver a ser sencillos, quemar las viejas naves que encallaron y seguir de a pie hacia el horizonte de la vida. Allí es donde el sol vuelve a salir todos los días y la vida es próspera. Ninguna tormenta puede asustarte una vez que recuperaste la confianza en tu propia esencia.
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