Es posible vivir en equilibrio.
No existen enfermedades, se trata de
desequilibrios energéticos que causan síntomas físicos, emocionales y
espirituales. No hay enfermedades aunque si enfermos, que son personas
que creen que algo de afuera de su sistema le causó algún daño o
"enfermedad". La verdad es que uno mismo se causa desde adentro un daño
con pensamientos negativos, alimentación inadecuada, sedentarismo,
miedos, estrés, predisposición al pesimismo y la autodestrucción, celos,
envidia, avaricia, vanidad y tantos desordenes y desequilibrios
internos y del comportamiento. Lo que comúnmente se llama "enfermedad"
es un desequilibrio prolongado en el tiempo que genera síntomas,
señales, que vistas y estudiadas desde un sistema de medicina no
preventiva y si curativa, tiene nombre propio. De ese modo se pueden
identificar distintas patologías según sus síntomas y estudios de
laboratorio y otros. En general, cuando una persona presenta algún
síntoma, o bien se automedica o va a visitar a un médico del sistema de
medicina curativa, reparadora del daño. A partir de ahí el organismo
debe aceptar, asimilar para luego descartar todo tipo de químicos que
atentan al orden interno y provocan más síntomas, los llamados efectos
colaterales o secundarios. Y la persona se asume como un enfermo de...
tal o cual enfermedad. No logra hacerse responsable de su desequilibrio,
culpa a agentes patógenos, externos a su propio sistema.
Desde un
enfoque natural y preventivo, el ser es educado para mantenerse en buen
estado físico, emocional y espiritual. Si por algún motivo este
equilibrio se rompe, debido a una prolongada tristeza por la partida de
un ser querido, por el miedo a una situación compleja o nueva, por
estrés no canalizado, por falta de sueño y alimentación inadecuada, por
sedentarismo, ante todo se acompaña a la persona a descubrir la raíz de
esta situación, eso que se manifiesta como un síntoma. La medicina
natural se vale de la orientación en una alimentación adecuada,
ejercicio físico, ingesta de plantas medicinales y prácticas
energéticas. O sea para mejorar hay que desandar lo que hizo empeorar...
Junto con el experto se recorre el mismo camino al revés y si aún es
posible se propone un tratamiento de desintoxicación y mejoramiento
general del sistema.
Por supuesto si la persona ya desarrolló un
cuadro de síntomas muy enquistados, es necesaria la aplicación de
antibióticos, transfusiones de sangre y hasta cirugía.
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Klo Dine y equipo
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