Qué pasa cuando nos deprimimos:
La gran mayoría de las personas en
algún momento de su vida sufre un estado de ansiedad, depresión o un desorden
del ánimo.
En general cuando alguien dice, estoy
depre, tengo un bajón, se refiere a que está con menos ganas, voluntad y
energía. En verdad eso es lo que pasa con nuestro Sistema Nervioso, se deprime,
se hace más lento, y por eso nos sentimos con poca voluntad. Generalmente desde
una postura más conservadora se habla de que existe un desequilibrio químico que
produce síntomas de fatiga, cansancio, tristeza, ansiedad, insomnio, miedos.
Desde la medicina tradicional alopática muchas veces se prefiere tratar estos
síntomas con medicación. Desde mi experiencia profesional y también personal
adhiero a métodos más naturales, por ejemplo dentro de la medicina naturista o
la medicina china se incluye medicación natural pero por sobre todo se intenta
que la persona haga conciente todos estos síntomas para darle un lugar y
averiguar qué está faltando o sobrando en su vida por lo cual necesita de este
estado tan incómodo. Por supuesto también respeto mucho los aportes de la
medicina alopática que en muchas ocasiones alivia estados de tremendo
sufrimiento. Cada vez que nuestro cuerpo sufre un gran desequilibrio, antes hubo
un desequilibrio emocional. Cuando dejamos de prestarle atención a nuestras
emociones y no hacemos los cambios necesarios para sentirnos bien, casi siempre
el cuerpo se enferma. Por ello toda medicina que se basa en la prevención es
mejor que la que solo se ocupa de la curación. Para mantener un equilibrio
dentro de un ritmo de vida acelerado, que produce nerviosismo, estrés,
disconformismo, miedos, es muy importante aprender a dedicarse un tiempo
personal para: hacer ejercicios físicos, en la medida de la posibilidad de cada
uno, porque el ejercicio nos oxigena y hace que nuestro cerebro produzca
sustancias muy benéficas para mantener un estado de ánimo positivo. Además del
ejercicio físico, que puede ser una caminata diaria de quince minutos, o tomar
clases de Qi Gong, Yoga o practicar natación o aquello que más disfrutemos,
evitando ejercicios de impacto, también es excelente practicar ejercicios de
respiración, practicar meditación de ser posible en forma diaria.
La gran interrogante es cómo salir
del estado de "depresión" una vez que estamos insertos en ello y
sentimos que no tenemos la voluntad.
Hay mucha gente que opta por ir a un
médico, luego a un médico psiquiatra, emprender un tratamiento con medicación
antidepresiva y ansiolítica y hacer terapia con un consultor o psicólogo. Muchas
veces esta opción es excelente y la persona vuelve a sentirse bien. Otras veces
eso ayuda momentáneamente pero lamentablemente luego los síntomas incómodos
vuelven y parecería que este estado de sufrimiento solo se aisló un tiempo y
luego regresa con el agregado de una importante frustración. Incluso hay
personas que sienten que están estigmatizadas y que esto es algo que nunca
podrán superar. Es entonces y según mi propia experiencia personal y
profesional que sugiero tomar una alternativa más natural que garantiza la
modificación de patrones mentales y por consiguiente un cambio de vida.
Ante todo, cada vez que nos sentimos
con menos ánimo y voluntad es importante evitar el aislamiento. Buscar en
nuestro entorno familiar y de amigos, personas que nos comprendan y nos apoyen.
Proponernos una rutina que nos devuelva el sentido por la vida. Por ejemplo:
procurar tener un horario para levantarnos a la mañana y regular un horario
para acostarnos de noche.
Hacer algo de ejercicio físico.
Buscar un momento para escuchar música que nos haga bien, la música es muy
sanadora. Procurar una alimentación saludable, investigar o dejarse asesorar
sobre alimentos que mantienen los niveles de serotonina alta. Evitar
situaciones que nos estresan. Contactar con la naturaleza, la luz del sol, con
los animales si es posible. Tener en casa como compañía un perro o un gato es
muy sanador, ellos son incondicionales y su amor nos motiva a por lo menos
esforzarnos para preparles la comida, salir a caminar, jugar con ellos. Eso les
hace bien a ellos y nos sana a nosotros. Muchas personas que padecen un
desorden de ánimo deben ocuparse de sus hijos, la escuela o del propio trabajo
y esto puede hacerse muy difícil. Por eso es muy importante pedir ayuda y
delegar obligaciones que simplemente no se pueden cumplir por falta de energía.
Siempre es importante mantener la
esperanza de que uno va a volver a sentirse bien. Esto es fundamental.
En mi experiencia lo que ayuda
muchísimo es acceder a la contención de personas especializadas, que acompañen
el proceso de sanación. Y las terapias que considero más efectivas son la
acupuntura, la fitoterapia, las terapias energéticas, como Reiki y Sanación, la
práctica de meditación, respiración conciente, también la terapia de diálogo
para esclarecer emociones y sentimientos y la práctica de algún ejercicio
físico suave.
Como conclusión, el pasar por estados
de depresión puede ser una forma para tomar conciencia del verdadero valor de
nuestra vida. Hacer limpieza interna. Descartar todo lo que nos produce
malestar, elegir rodearnos de personas bondadosas, sencillas, sinceras,
solidarias. Aprender a vivir de una manera más solidaria, aprender a
alimentarnos de manera correcta y sanar nuestra vida. Porque todo desequilibrio
que se produce en nuestras emociones es una oportunidad para cambiar y mejorar.
Tal vez estés leyendo esto, justo en
un momento de malestar personal o estés acompañando a un ser querido con algún
desorden de ánimo y pienses en lo
difícil que es llevar a la práctica todo lo que estoy escribiendo. Y me
gustaría pedirte que no pierdas la esperanza. Como dije antes, todos en algún
momento estamos expuestos a deprimirnos y tener miedos. Recuerdo una vez a un gran
amigo médico, excelente en su labor que me dijo: “¿realmente crees que yo nunca
me sentí deprimido o con ganas de morir por lo difícil que se me hacía la vida?”
Eso me dio un panorama de mucha claridad. Y por ello siempre insisto en repetir
que todos podemos sentirnos mal y todos
podemos volver a sentirnos mejor. A veces es más sencillo y otras es muy duro.
Pero si hay algo que vale el esfuerzo es luchar por tener tranquilidad y paz
interior.
Por ello te invito a tomar una actitud
de prevención para que puedas evitar pasar por estados tan incómodos y
proponerte hoy mismo una pequeña rutina de aquello que te mencioné antes. Y
empezar a considerar la posibilidad de ver que todo lo que nos pasa es producto
de cómo pensamos y cómo vivimos a diario.
Si podemos comprender que nuestro
pensamiento tiene un poder infinito, y empezamos por ahí, modificando nuestra
manera de pensar, hacerlo siempre de manera positiva, proponiéndonos ser
considerados y compasivos con todos los seres vivientes, poner la prioridad en
lo afectivo más que en lo productivo y material. Ser respetuosos y tolerantes
con nosotros mismo y con los demás. Y siempre buscar la manera de conectar con
el amor y evitar la indiferencia. Valorar a las personas de nuestro entorno,
especialmente a nuestros mayores, que siempre por haber vivido más sabrán
consolarnos y darnos una buena sugerencia.
Espero que aquellos que estén pasando
un momento difícil, de dolor, de desesperanza, de desánimo, encuentren algo de
paz en estas palabras que comparto. Y si puedo facilitar más información pueden
escribir por privado y con gusto aportaré mi experiencia personal y
profesional.
Con cariño,
Klaudia. Terapias Integrativas.
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